“Un segundo, una vida” | Sensibilizando en las escuelas para detener los siniestros viales

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“Un segundo, una vida” | Sensibilizando en las escuelas para detener los siniestros viales

 

En el marco de las actividades de educación y sensibilización vial que impulsa P(A)T, se desarrolla el programa “Un segundo, una vida.”, una iniciativa que acerca a las aulas el valor de la prudencia, la empatía y la responsabilidad en la movilidad.

El proyecto tiene un objetivo claro: mostrar cómo un solo segundo puede cambiarlo todo cuando se toma una decisión al volante, como peatón o como pasajero. A través de dinámicas participativas y ejercicios prácticos, los jóvenes comprenden de manera vivencial el impacto que tienen las distracciones, la velocidad o la conducción bajo los efectos del alcohol u otras sustancias.

Aprender desde la experiencia
Las actividades prácticas se centran en fomentar la conciencia vivencial mediante experiencias que generan verdadero impacto en el alumnado. Se muestran los efectos de conducir bajo los efectos del alcohol o de otras drogas, y cómo la capacidad de reacción y atención se ve alterada cuando no se tienen todos los sentidos puestos en la carretera.

Asimismo, los estudiantes descubren la equivalencia que tiene recorrer unos pocos metros distraído con el móvil o hablando, lo que en la práctica equivale a recorrer muchos más metros “a ciegas”, sin control sobre el vehículo ni sobre el entorno. Estas dinámicas se desarrollan de forma participativa y reflexiva, invitando a los jóvenes a ponerse en el lugar de las víctimas y de los conductores para comprender las consecuencias reales de las decisiones que se toman en la vía pública.

La actividad sigue el hilo conductor del rap “Un segundo. Una vida.”, una canción compuesta por alumnos de autoescuelas que se ha convertido en himno y herramienta educativa del programa. A través de la música, el ritmo y las letras, se conecta con el lenguaje y la sensibilidad de los jóvenes, logrando que el mensaje cale de forma emocional y duradera.

¿Somos una sociedad distraída?
El programa también propone una reflexión profunda sobre el papel de la distracción en nuestra vida cotidiana, especialmente por el uso constante de las tecnologías. “Un segundo, una vida.” – Sensibilizando en las escuelas para detener los siniestros viales.

A través de ejemplos y debates, se invita a los jóvenes a analizar si vivimos en una sociedad distraída, donde la atención se dispersa fácilmente por el móvil y cómo eso repercute en nuestra seguridad y convivencia. Este ejercicio de autocrítica colectiva ayuda a los estudiantes a reconocer sus propios hábitos, a repensar el uso de la tecnología y a comprometerse con una atención plena, no solo al conducir o cruzar una calle, sino también en su vida diaria.

Educar para transformar
El programa busca que cada participante asuma la auto-responsabilidad: la conciencia de que sus actos tienen consecuencias. Pero también que entienda la responsabilidad compartida: todos formamos parte de un sistema de convivencia en el que las decisiones individuales afectan al conjunto. Además, se promueve que los alumnos compartan en casa lo aprendido, generando un efecto multiplicador que involucra a familias y comunidad. De esta manera, la educación vial se convierte en un diálogo que trasciende el aula y alcanza la vida cotidiana.

Junto a las actividades de seguridad vial, el programa incorpora otra propuesta educativa que invita al alumnado a imaginar su sociedad ideal y cómo cada uno puede contribuir a construirla con sus actos diarios. Esta actividad busca reforzar el sentido de pertenencia y la conciencia de impacto personal: cada gesto, cada elección, influye en la comunidad. De este modo, los alumnos comprenden que la seguridad vial no es solo una cuestión de normas, sino una forma de cuidar de los demás y de sí mismos dentro de una sociedad compartida.

Un segundo puede salvar una vida
El objetivo es que “Un segundo. Una vida” se consolide como actividad permanente en los programas educativos, fomentando una cultura de movilidad segura, preventiva y empática desde edades tempranas.

“Un segundo. Una vida” no es sólo un lema: es un recordatorio de que la seguridad vial
empieza en cada gesto.

Educar, vivenciar y reflexionar son claves para que niños y jóvenes comprendan que cada decisión importa y que la seguridad vial es una responsabilidad individual y colectiva. Desde P(A)T se seguirán impulsando iniciativas que transformen la manera en que
entendemos la movilidad, con la convicción de que la educación es la mejor herramienta para prevenir y salvar vidas.

Gracias al apoyo del Servei Català de Trànsit, Diputaciò de Barcelona y a la colaboración de la Federaciò d´Autoescoles de Catalunya, Autoescuela Safety Car, Autoescuela Requena, Autoescuela Magi, Autoescuela LaMeva, a la entidad Escola de Vida y a todos los alumnos que han formado parte en este RAP como agentes del cambio.